Yeste (Albacete)Castilla La Mancha

 




El Castillo de Yeste está enclavado en lo alto de un promontorio, a los pies del cual se encuentra la villa. Este castillo es de origen musulmán del siglo XII perteneciendo más tarde a la Orden de Santiago.
Debido a las numerosas transformaciones sufridas entre los siglos XV y XVI ofrece un aspecto sólido. Accediendo por la puerta de la torre del homenaje se observan los escudos en piedra de la Orden de Santiago y de la familia Figueroa. En el interior de la fortaleza destaca un patio de armas columnado de doble galería; la inferior con columnas de estilo gótico tardío y la superior construida en madera, en la cual se conserva una bella ventana con parteluz que presidía el salón principal del castillo. Es el único castillo de la Sierra.

Iglesia de la Asunción
La parroquia de la Asunción es un edificio religioso que fue reconstruido a lo largo del siglo XVI. El conjunto arquitectónico está constituido por dos partes que corresponden a dos períodos distintos en la construcción. Una parte corresponde a la iglesia primera, cuya construcción se inició a finales del siglo XV y se realizó en un estilo gótico. La segunda parte fue construida perpendicularmente a la primera, con una portada de estilo renacentista.

Numerosas obras de escultura, pintura y retablos son guardados en la iglesia. Se conserva una imagen de María, del Calvario, el Crucificado del mismo, una de Jesús y otra de la Asunción, pertenecientes al retablo mayor (siglo XVI) actualmente desaparecido. Otro retablo es el de la Epifanía, de Pedro Orrente; conserva un excelente dorado y cuidada policromía.

En la nave gótica se pueden admirar dos buenos lienzos de Orrente, de 1627, uno de San José y el Niño y otro de la Purísima.


La Iglesia tiene forma de T, siendo la nave superior la más antigua (siglo XVI) terminada el año 1.539, construida por ORTUÑO DE VILLAR según se inscribe en uno de los arcos góticos. Debido al aumento de la población que experimentó la villa se vieron obligados a construir una segunda nave perpendicular a la nave inicial dando unidad a la nueva iglesia, lo que creó un nuevo estilo arquitectónico que aun no existía en la zona. Esta segunda nave fue concluida en 1.960.La fachada principal, de estilo Renacentista, está formada por tres cuerpos: el inferior es la puerta de acceso flanqueada por columnas corintias entre las que se sitúan las imágenes de San Pedro y San Pablo.En las enjutas del arco principal se localizan el escudo de la Orden de Santiago y el de la Villa de Yeste. El cuerpo central, presenta un relieve con nuestra Sra. de la Asunción, titular de la Iglesia enmarcado en un panel semicircular en cuyas enjutas hay dos relieves representando a la Fe y a la Esperanza, también flanqueadas por columnas corintias entre las cuales están las esculturas de San Juan y Santiago. Por último en la parte superior, se representa a Dios Padre.En la nave gótica se sitúa la puerta de acceso al campanario. Para su acceso encontramos una escalera de caracol construida en piedra, a través de la cual se accede a la parte superior de las bóvedas, llegando finalmente al campanario, donde se aprecian unas vistas de inigualable belleza.


Ermita de Santiago
Quizá del siglo XVI, y la capilla privada de Pérez de Ayala. En lo referente a edificios civiles se ha de reseñar el edificio del ayuntamiento, de estilo renacentista, con las armas de Carlos V. Otro edificio a destacar es la Casa del Vicario, con un patio de columnas toscanas y zapatas de madera, la fachada se compone de una portada en piedra, con entrada adintelada y balcón rematado en un frontón triangular.

Convento de San Francisco

La construcción de este convento es obra de una comunidad de franciscanos descalzos que se establecieron el la villa de Yeste en el año 1618. Este convento, pese a sus numerosas reformas, conserva un claustro del siglo XVIII con recias arcadas sobre pilares en el cuerpo inferior y arcos más pequeños y sencillos, con balaustradas de madera, en el superior. La fachada consta de un pórtico de tres arcos, siendo el mayor el central.






Embalse de la Fuensanta
 
Escudo de la ciudad
Escudo cuadrilongo de base redondeada. En campo de gules, un castillo de oro mazonado de sable y aclarado de azur y surmontado en sus torrejones laterales de sendas estrellas, de plata y acompañado de dos naranjos del natural. Al timbre, corona real cerrada española
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Los orígenes de la villa de Yeste nos son desconocidos, fechándose en el año 1243 la primera referencia documental que poseemos sobre ella. Nada conocemos de su pasado islámico, debiendo de ser por entonces una pequeña población dependiente sucesivamente de Taibilla, de Socovos, y de Segura desde el siglo XI al XIII.

La villa fue conquistada por las tropas castellanas en los primeros meses de 1242, siendo concedida aquel mismo año a la Orden de Santiago, como una aldea englobada en el término de Segura de la Sierra. Tras la conquista castellana del siglo XIII Yeste queda encuadrada, por virtud de Tratado de Alcaraz de 1243, en el Reino de Murcia. Años más tarde, le fue concedido el privilegio de Villazgo y fue convertida en encomienda y vicaría de la Orden de Santiago, siendo centro político y religioso de una amplia comarca a la que pertenecían las poblaciones vecinas de Nerpio, Taibilla, Letur, Liétor, Férez, Moratalla y Socovos.

Integrada hasta el siglo XIX en el Reino de Murcia, su principal misión en la época bajomedieval fue la de mantener la defensa de la frontera con Granada y colaborar en la conquista de nuevas tierras; en este sentido sus habitantes participaron en multitud de hechos militares, entre los que destaca la conquista de Huéscar (en la provincia de Granada) en 1434 capitaneados por el comendador de Segura de la Sierra, D. Rodrigo Manrique, cuyas gestas y heroicidades han quedado resaltadas en las crónicas de aquel período.

Para facilitar el aumento de la población y la consiguiente defensa de la frontera la villa fue dotada por los reyes y por los maestres de la orden con privilegios y exenciones de tributos que la convirtieron en un centro de atracción de pobladores y familias que buscaron los beneficios fiscales para establecerse en ellas. Esta situación favoreció su desarrollo demográfico y se mantuvo hasta los primeros años del siglo XVI, cuando los Reyes Católicos decidieron suprimir gran parte de estos privilegios, no sin graves enfrentamientos con sus habitantes, que llevaron en 1503 a un levantamiento general de la población contra la monarquía castellana reprimido militarmente.

A pesar de ello, Yeste había conseguido formar durante los siglos bajomedievales un extenso término casi despoblado que abarcaba también a las actuales tierras de Nerpio. La puesta en cultivo de amplias superficies en las aldeas de alrededor, además de la utilización de los pastos y montes para la ganadería, fueron la base del desarrollo demográfico experimentado por la villa durante el siglo XVI, que le permitió pasar de los 1.300 habitantes que aproximadamente tenía en 1468, a los 5000 que vivían en ella en el año 1575. Este fuerte incremento demográfico fue acompañado de un gran desarrollo económico, es por ello, el período de la construcción de los principales monumentos que aún hoy existen en la villa.

Ya en el siglo XX, en Yeste se construyó el Pantano de la Fuensanta entre 1929 y 1933 en el Estrecho del Infierno para el aprovechamiento de las aguas del Segura y del Tus. Para la construcción del pantano se expropiaron 723 ha de tierras fértiles.

La pérdida de las tierras y el impedimento para el transporte de la madera que supuso el pantano perjudicaron gravemente la economía local. En este contexto se produjeron los hechos de mayo de 1936 en los que tras la ocupación comunal de unas tierras y la posterior represión por parte de la Guardia Civil hubo unos altercados en los que murieron 17 vecinos y 1 guardia civil. Estos hechos tuvieron una amplia repercusión y estuvieron a punto de provocar una crisis del gobierno republicano poco antes del estallido de la Guerra Civil.

En su historia más reciente destacan los grandes incendios forestales de 1994 (de unas 14000 ha) y otros varios anteriores, claramente intencionados para la compra-venta de terrenos a precios más bajos por la exterminación de su alto valor forestal, pero que no hicieron más que socavar aún más la frágil economía que se apoyaba principalmente en el sector primario gracias al aprovechamiento forestal, ahora devastado. 

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