Ayuntamiento
Ubicado en la plaza de Santiago Ramón y Cajal (conocida popularmente como «Plaza Vieja» y declarada Conjunto Histórico Artístico en 1972), se comenzó a edificar en el siglo XIV y ha sufrido múltiples remodelaciones y restauraciones, la última y más profunda fue en 1992 a cargo del arquitecto José María Pérez González (Peridis). Desde 1991 ostenta la declaración de Bien de Interés Cultural de Castilla-La Mancha con la categoría de Monumento.
Santuario de la Caridad
Escudo en la calle del Pedregal
Estación de ferrocarril de Villarrobledo. Inaugurada en 1925
Pabellón Polideportivo del Barrio de los Pintores
Complejo de Piscinas
Casa solariega de los Téllez
Paneles solares
Arquitectura típica en la calle de Santa María
Escudo en la calle del Virrey Morcillo
Escudo de Pacheco en la calle de la Virgen.
Tinajas de Villarrobledo
Auditorio Municipal, escenario habitual del Viña Rock
Escudo de Villarrobledo en la fachada del Ayuntamiento
Casa de Andrés López Muñoz
Escudo de Muñoz-Arce en la calle de Santa María
Casa de los Pacheco
Casa de los Romero Alarcón
Círculo Mercantil e Industrial
Escudo de Ortiz en la calle del Pedregal
Gran Teatro de Villarrobledo (1916)
Edificio catalogado como Bien de Interés Cultural, destaca su fachada claramente modernista con ciertas reminiscencias mudéjares.
El Gran Teatro fue construido en 1916 por el Barrón de Quito y fue destinado a satisfacer la demanda cultural de la burguesía emergente: zarzuela, teatro y otros espectáculos. Con posterioridad también pasaría a ser sala de cine.
Iglesia de Sn Blas
Agrupa tres estilos: gótico, renacentista y barroco. El primero comprende la iglesia primitiva de San Blas, que fue incorporada en los siglos xvi-xvi, a la nueva obra inacabada que nos ha llegado hasta hoy. De la parte gótica sólo queda el cuerpo delantero (palmeras de crucería) y la portada del oeste. La parte renacentista comprende el sector trasero. En cuanto al estilo barroco, destaca su magnífico retablo churriguerresco, obra de Marcos de Evangelio de principios del siglo xviii, construido gracias a las donaciones de oro del virrey del Perú, Diego Morcillo Rubio de Auñón, a su localidad natal.
Abovedamiento gótico de la Iglesia de San Blas
Interior de la Iglesia de San Blas
Iglesia de San Sebastián
Monasterio de la Purísima Concepción y San Bernardo
Monasterio de Santa Clara (Madre Clarisas) e Iglesia de San Juan
Parque de Nuestra Señora de la Caridad
Plaza de Ramón y Cajal
Arquitectura de piedra seca. Ventas de Alcolea
Ribera del río Córcoles
Remanso del río Córcoles
Microrreserva La Encantá.
Durante una inspección botánica en esta zona se observó la presencia de 166 especies o subespecies de plantas vasculares de las cuales 11 eran endemismos ibéricos y 15 ibero-africanos.
Dentro de la microrreserva, existe un yacimiento arqueológico de la Edad del Bronce y una notable presencia de Víboras hocicudas (Vipera latastei), Alacranes amarillos (Buthus occitanus) y Águilas culebreras (Circaetus gallicus). El nombre del paraje proviene de una leyenda, de tradición posiblemente prerromana, muy documentada y estudiada en toda España (Leyenda de la Encantada).
Según la tradición popular de Villarrobledo este paraje es lugar de sucesos paranormales (paranormal) durante la fiesta de las hogueras de San Juan (24 de junio). Corre, entre la gente de esta localidad, el rumor de que esa noche todos los llamados Juan de la localidad que se acercan por este paraje corren una incierta suerte
una Morra de la Edad del Bronce
Un recorrido por Villarrobledo
Escudo de Villarrobledo
Escudo eclesiástico. Cortado. En el primero, en campo de gules, castillo de oro, almedado, aclarado de azur y mazonado de sable. En el segundo, en campo de plata, tres robles de sinople, terrazados. Al timbre, corona real cerrada.
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El actual emplazamiento de la ciudad data de 1292, según diversas fuentes. Sin embargo, dentro del amplio término municipal, existen vestigios de casi todas las culturas históricas que han poblado la península ibérica, atestiguando poblamientos, más o menos estables e importantes, desde el Paleolítico Inferior, siendo más numerosos los del Paleolítico Medio. Por su tipología, estos yacimientos han sido emparentados con otros similares dentro del marco genérico del llamado Paleolítico Medio del Alto Guadiana.
Entre el Paleolítico Medio y la Edad del Bronce parece existir un enorme vacío demográfico en la zona, a tenor de la escasez de datos que se tiene sobre hallazgos arqueológicos. No se tienen noticias de yacimientos adscribibles al Paleolítico Superior, Mesolítico o Neolítico. Tampoco de la denominada Edad del Cobre, aunque es una tónica generalizada en la provincia y la región debido, fundamentalmente, a la eclosión temprana y expansión de la denominada Cultura del Bronce Manchego o de las Motillas.
Cultura del Bronce Manchego
Hacia la mitad del III milenio a. C. y en zonas del término municipal con las mejores condiciones y los mejores recursos para la fundación de comunidades más estables; ya se observan restos de la Edad del Bronce en los principales yacimientos, estableciéndose en ellos un continuo poblacional que alcanza, por regla general, hasta época romana. En los casos más representativos la población llega hasta el siglo XV con pervivencias residuales posteriores (Villavachos y Fuente del Espino) o hasta mediados del siglo XX (Sotuélamos). Los habitantes de estos pueblos comienzan a crear una intensa red de comunicaciones y relaciones (principalmente, paralela a las arterias fluviales) con otros núcleos de población de la Edad del Bronce cercanos.
La Cultura del Bronce Manchego se caracterizó, principalmente, por la construcción de asentamientos fuertemente fortificados, llamados Morras o Motillas y formados por viviendas apretadas en cinturones de murallas concéntricas que formaban varios niveles escalonados, dando una apariencia de cerro artificial (Tell) al asentamiento y facilitando su defensa frente a las invasiones y el control efectivo del territorio circundante.
Edad Antigua (época prerromana y romana)
El devenir histórico y su ubicación han determinado que Villarrobledo haya estado siempre en posición fronteriza y sujeto a diversas adscripciones administrativas. Respecto a los límites de los pueblos prerromanos en la meseta sur no existen aún conclusiones definitivos y, en ese sentido, en Villarrobledo puede darse la paradoja de que hoy convivan, dentro de su término, restos de poblamientos celtíberos, oretanos, bastetanos32 y/o carpetanos. Es muy factible que las fronteras en aquella época se fijaran en torno a accidentes geográficos que, en principio, actuarían como límites de expansión y control de un pueblo u otro. Así, grosso modo, podemos intuir que el tercio sur del término (más montuoso y dentro del Campo de Montiel) pudo pertenecer más claramente a la Oretania; una estrecha franja entre el límite oeste y el río Córcoles pudo ser parte de la Carpetania o estar dentro de su zona de influencia mientras que el límite norte sería parte de Celtiberia y el oeste de Bastetania.
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