Manzanares. En primer término, la torre barroca de la Iglesia de la Asunción
Ayuntamiento de Manzanares (1920)
Estación de Adif en el Paseo de la Estación
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
El inicio de las obras de construcción de la iglesia debieron comenzar a finales del siglo XIV o principios del siglo XV
Fachada principal de la Ermita de la Vera-Cruz
Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia
Fachada del Convento de las Franciscanas
Popularmente conocido por el de “Las Monjas de Clausura”. Se inauguró en el año 1592.
La fachada es de estilo barroco del s.XVII que sirve de pórtico a la soledad y el recogimiento. En ella podemos apreciar una imagen de Santa Beatriz de Silva bajo el escudo de la Orden.
Desde su fundación hasta la actualidad está habitado por monjas de clausura.
Castillo de Pilas Bonas
Es una fortaleza del siglo XIII reconvertida en un pequeño hotel que mantiene elementos arquitecturales originales.
Interior del Castillo de Pilas Bonas
Casa del Santo
Tiene la fachada encalada y la puerta, que da entrada a un patio interior, está formada por dintel y pilastras que los sustentan. Lugar para devotos de la imagen que puede verse en el balconcillo de madera.
Gran Teatro, en la plaza que lleva su nombre
El Gran Teatro de Manzanares se inauguró en su primera época el 16 de julio de 1911.
Esculturas en el Paseo del Sistema Solar.
El Paseo del Sistema Solar del Parque del Polígono de Manzanares (Ciudad Real) es un modelo a escala del Sistema Solar en el que se han colocado representaciones físicas del Sol y de los planetas a lo largo de una ruta. El Sol es el punto de origen y a partir de él se sitúan los planetas a distancias cada vez más alejadas, de acuerdo con una escala que reduce a metros los millones de kilómetros reales.
Fue ideado y diseñado por el científico manzanareño Dr. Julián Gómez-Cambronero, quién también redactó las placas explicativas de todos los planetas, el Sol y de los demás elementos que conforman la ruta. La obra fue instalada por el Ayuntamiento de Manzanares en 2010.
Más info: Manzanares.es, Wikimedia Commons, Google Maps
Parador de Turismo de Manzanares
Escudo oficial de Manzanares
Cuadrilongo de base redondeada y rodeado de un marco apergaminado, del que sobresalen tres de los cuatro picos de la cruz de calatrava. Sobre campo de plata tres árboles a distinta altura en su color. En sable, la letra "M" con trabas a ambos lados y surmontada por la corona real cerrada. Al timbre corona real cerrada.
El castillo fue construido por la Orden de Calatrava para asegurar el dominio de su emplazamiento una vez deslindados los términos con la de Santiago en 1239. Por entonces, era un emplazamiento estratégico que debía defender el empalme de las Cañadas Reales de Cuenca y Soria, las cuales eran las mejores vías de comunicación en su tiempo con el río Azuer.
Según la anteriormente citada Relación topográfica, la villa tomó su nombre del castillo, el cual al calor del Romanticismo del siglo XIX paso a denominarse de «Pilas Bonas», nombre erróneo que nos ha llegado hasta hoy. En el municipio hay así mismo vestigios de antiguas poblaciones, como las Cuevas del Moro cercanas a la Plaza de Toros y el viejo Torreón de Moratalaz.
El término de Manzanares constituyó una encomienda de la Orden de Calatrava, cuyo titular o comendador residía en el castillo y administraba las rentas de la Orden de su término. El espacio donde se asienta la ciudad fue reconquistado por Martín Martínez, quinto maestre de la Orden de Calatrava, a principios del año 1198, edificándose entonces el castillo como punto de control del territorio, y a partir de 1239 se erigió y pobló la villa junto a la fortaleza, siendo amurallada en 1352 por el maestre Juan Núñez de Prado, obra que fue realizada por sus habitantes en cinco años; a cambio, el maestre condonó a la villa ciertos impuestos.
A partir de ese momento, Manzanares constituyó una de las encomiendas más ricas y prosperas de la Orden Calatrava, siendo llamada por tal motivo «la Encomienda Loca». Es por este motivo que muchos nobles y miembros de la Familia Real quisieron hacerse con el control vitalicio de la misma, por las cuantiosas rentas que aportaba.
Manzanares fue ocupada varias veces en el curso de la Guerra de la Independencia; en cuyo periodo fue nombrada la villa capital de La Mancha. Destaca en este tiempo la figura del párroco Pedro Álvarez de Sotomayor que ofreció su vida a cambio de la de sus feligreses.
En la localidad fue redactado el denominado manifiesto de Manzanares. El texto corrió a cargo de Antonio Cánovas del Castillo y fue firmado por Leopoldo O'Donnell el 7 de julio de 1854. Este exigía unas reformas políticas y unas Cortes Constituyentes para hacer posible una auténtica «regeneración liberal». El 7 de julio de 1854 el general en jefe del Ejército Constitucional, Leopoldo O'Donnell, conde de Lucena, se pronunció contra el Gobierno en las cercanías de Madrid (Vicalvarada). La politización del levantamiento se logró a través de un manifiesto, redactado desde Manzanares por el joven Antonio Cánovas del Castillo, futuro artífice de la Restauración Borbónica. El manifiesto fue una llamada a los españoles, en el cual se pidió la continuidad del Trono, pero sin camarillas que lo deshonraran, al mismo tiempo que se habló de cosas muy caras a los progresistas: mejorar la ley electoral y la de imprenta, y rebajar los impuestos. La documentación sobre el pronunciamento de este manifiesto puede encontrarse en la Sección Local y de Documentación de la Biblioteca Lope de Vega del mismo municipio.6
A mediados de los años 1990 se produjo la independencia de los Llanos del Caudillo, escindiéndose por lo tanto de su término municipal una pequeña parte.
https://es.wikipedia.org/wiki/Manzanares_(Ciudad_Real)
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Manzanares se creó hacia la primera mitad del siglo XIII tal y como cita la Relación topográfica del rey Felipe II (año 1579), conservada en la biblioteca del Monasterio de El Escorial, según la cual se cree que la villa se fundó unos trescientos cincuenta años atrás y añade que «...en ella hay un castillo que es más antiguo que la misma villa.»El castillo fue construido por la Orden de Calatrava para asegurar el dominio de su emplazamiento una vez deslindados los términos con la de Santiago en 1239. Por entonces, era un emplazamiento estratégico que debía defender el empalme de las Cañadas Reales de Cuenca y Soria, las cuales eran las mejores vías de comunicación en su tiempo con el río Azuer.
Según la anteriormente citada Relación topográfica, la villa tomó su nombre del castillo, el cual al calor del Romanticismo del siglo XIX paso a denominarse de «Pilas Bonas», nombre erróneo que nos ha llegado hasta hoy. En el municipio hay así mismo vestigios de antiguas poblaciones, como las Cuevas del Moro cercanas a la Plaza de Toros y el viejo Torreón de Moratalaz.
El término de Manzanares constituyó una encomienda de la Orden de Calatrava, cuyo titular o comendador residía en el castillo y administraba las rentas de la Orden de su término. El espacio donde se asienta la ciudad fue reconquistado por Martín Martínez, quinto maestre de la Orden de Calatrava, a principios del año 1198, edificándose entonces el castillo como punto de control del territorio, y a partir de 1239 se erigió y pobló la villa junto a la fortaleza, siendo amurallada en 1352 por el maestre Juan Núñez de Prado, obra que fue realizada por sus habitantes en cinco años; a cambio, el maestre condonó a la villa ciertos impuestos.
A partir de ese momento, Manzanares constituyó una de las encomiendas más ricas y prosperas de la Orden Calatrava, siendo llamada por tal motivo «la Encomienda Loca». Es por este motivo que muchos nobles y miembros de la Familia Real quisieron hacerse con el control vitalicio de la misma, por las cuantiosas rentas que aportaba.
Manzanares fue ocupada varias veces en el curso de la Guerra de la Independencia; en cuyo periodo fue nombrada la villa capital de La Mancha. Destaca en este tiempo la figura del párroco Pedro Álvarez de Sotomayor que ofreció su vida a cambio de la de sus feligreses.
En la localidad fue redactado el denominado manifiesto de Manzanares. El texto corrió a cargo de Antonio Cánovas del Castillo y fue firmado por Leopoldo O'Donnell el 7 de julio de 1854. Este exigía unas reformas políticas y unas Cortes Constituyentes para hacer posible una auténtica «regeneración liberal». El 7 de julio de 1854 el general en jefe del Ejército Constitucional, Leopoldo O'Donnell, conde de Lucena, se pronunció contra el Gobierno en las cercanías de Madrid (Vicalvarada). La politización del levantamiento se logró a través de un manifiesto, redactado desde Manzanares por el joven Antonio Cánovas del Castillo, futuro artífice de la Restauración Borbónica. El manifiesto fue una llamada a los españoles, en el cual se pidió la continuidad del Trono, pero sin camarillas que lo deshonraran, al mismo tiempo que se habló de cosas muy caras a los progresistas: mejorar la ley electoral y la de imprenta, y rebajar los impuestos. La documentación sobre el pronunciamento de este manifiesto puede encontrarse en la Sección Local y de Documentación de la Biblioteca Lope de Vega del mismo municipio.6
A mediados de los años 1990 se produjo la independencia de los Llanos del Caudillo, escindiéndose por lo tanto de su término municipal una pequeña parte.
https://es.wikipedia.org/wiki/Manzanares_(Ciudad_Real)
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