Fundado en el siglo XII. Su población en 2019 era de 25 habitantes
Iglesia de San Gil
Su interior fue saqueado durante la Guerra Civil. Su pila bautismal es de cierta importancia por el decorado de gallones de relieve pronunciado, aunque su forma esférica, chata y de gollete estrecho también la singulariza.
Uno de los grandes problemas a la hora de intentar elaborar la historia de este pueblo es la carencia de fuentes históricas y bibliográficas. Arrancacepas debió surgir, posiblemente, al amparo de la labor reconquistadora y repobladora del Concejo de Cuenca, tras su conquista por las tropas cristianas de Alfonso VIII en 1177, pasando desde este mismo instante a formar parte del amplio término y alfoz (distritos con diferentes pueblos que forman una misma jurisdicción) con que fue dotado el concejo conquense que se encargará, mediante compras y nuevas fundaciones de ampliar el territorio inicialmente cedido por el rey. Es, por tanto, en el siglo XII cuando Arrancacepas se integra como aldea de las tierras de Cuenca. El topónimo, Arrancacepas, hace clara alusión a su cultivo más extendido, como queda patente en las numerosas cuevas de vino que tenía la población a finales del siglo XIX (83 según documentos conservados).
Durante el siglo XIV parecen alternarse o convivir sobre la aldea, las jurisdicciones del Concejo de Cuenca y de Alvar García de Albornoz, muerto en 1374 y que figura como señor de Villaseca, Arrancacepas, Sacedón, Villar de Olalla y otras. Además de Arrancacepas, el sexmo comprendía las aldeas de Villar de Domingo García, Albalate de las Nogueras, Villaconejos de Trabaque, Olmedilla de Éliz, Bólliga y Fuentes Buenas.
En el siglo XVI, una característica del reinado de Carlos I es la facilidad con la que numerosas aldeas adquieren el título y rango de villa mediante privilegio real, a cambio de ciertas cantidades de dinero que las aldeas entregan a la Corona en concepto de compra de título. Al igual que muchas aldeas, aunque no queda constancia documental, Arrancacepas obtiene el título de villa en el siglo XVI. A finales del siglo XVI(1591), durante el reinado de Felipe II, Arrancacepas aparece como Villa de la Tierra de Cuenca, y en el censo que mandó elaborar el monarca se señala que cuenta con 109 vecinos (unos 450 habitantes) de los cuales 106 son pecheros (personas obligadas a pagar rentas o tributos al Rey), 2 son hidalgos y uno es clérigo.
La aparición de Arrancacepas como villa en el censo de millones de 1591 contrasta con su denominación como lugar en el pleito de 1624 con el lugar de Castillo de Albaráñez, conservado en la Chancillería de Granada. Sí está constatado que el 15 de diciembre de 1653, Arrancacepas se intitula villa y pasa junto a Albalate de las Nogueras, Villaconejos del Trabaque, Fuentesbuenas, Bolliga, Castillo de Albaráñez y Villar de Domingo García a jurisdicción señorial del marqués de Mortara, bajo cuyo régimen señorial, permanecerá todo el Antiguo Régimen. Durante toda la edad moderna hasta el siglo XIX se confirma el descenso de la población, descenso que continúa a lo largo del siglo XX, de forma que en 2007 sus habitantes son únicamente 37. Arrancacepas contó con cinco ermitas de las que en la actualidad solo se conocen tres: la de la Ascensión al Este, La de la Caridad al Norte y San Roque al Oeste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario