Alarcón (Cuenca) Castilla La Mancha

 

 Vista aérea

 Ayuntamiento de Alarcón

 Castillo de Alarcón
Fortaleza medieval de origen musulmán construida en el siglo VIII que fue conquistada por el rey Alfonso VIII en el año 1184. El castillo se asienta sobre un promontorio en un meandro que forma el río Júcar, convirtiendo el enclave en un lugar inexpugnable. Desde sus almenas la vista divisa un amplio territorio que alcanza hasta la frontera con Valencia. 








 Iglesia de San Juan Bautista
La construcción actual data del siglo XVI y sustituyó a otra de estilo románica. Posee una sola nave cubierta con bóveda de cañón, una portada de Juan de Herrera (estilo herreriano]
Está considerada como una de las altas cimas del arte contemporáneo mundial. Desde la apertura al público la visitan anualmente más de 40 000 personas. Decenas de intelectuales y artistas admiran y apoyan estas pinturas desde su gestación.

Iglesia de Santa María. Portada
Se erigió a principios del siglo XVI en estilo plateresco con bóveda de tracería al modo gótico. La portada es de mediados de ese mismo siglo y se debe a Esteban Jamete de Orleans, el mismo que debió realizar el retablo con escenas de la vida de la Virgen y la sacristía.





Escudo de Alarcón
Escudo cuadrilongo de base redondeada. En campo de gules, castillo de oro de dos torres almenadas, aclarado de azur. Surmontadas la diestra de un creciente de plata vencida, la siniestra, de una estrella de ocho puntas, también de plata. Al timbre, corona real cerrada.

Alarcon. Villa de la provincia y diócesis de Cuenca, partido judicial de Motilla de Palancar, audiencia territorial de Albacete y capitanía general de Castilla la Nueva, distante unas 28 leguas de Madrid. Está situada sobre un peñasco, y circuida casi enteramente del rio Júcar, formando como una península separada de la campiña que la rodea. Es fuerte su posición y de muy fácil defensa, porque el rio solo deja por tierra una entrada muy estrecha al Este. Estuvo también en lo antiguo fortificada con murallas en dicha entrada, de las cuales se ven todavía vestigios: sus tres puertas estaban resguardadas con torres, y tenían puentes levadizos que facilitaban el paso a la población. Había además, como complemento de su fortaleza, un alcázar sólidamente construido sobre una roca, actualmente casi arruinado. Al, ar, con, son tres voces célticas que significan alia, fuerte, villa, denominación que conviene perfectamente a la posición topográfica de Alarcón, y prueba de un modo casi incontestable que su fundación fué obra de los celtíberos, corroborándose así el dictamen del sabio Florián de Ocampo, el cual dice que fué edificada por los celtíberos, 390 años a.c. Los que no se conforman con este dictamen, porque dicen que Alarcon es palabra puramente árabe, pierden sin duda de vista que el árabe es una derivación de las lenguas orientales, particularmente de la céltica, y que no es por lo mismo extraño que muchas palabras con ligeras modificaciones sean comunes. 

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