Vista aérea
Hospital de Hellín
Ermita de San Rafael
La Ermita de San Rafael se construyó en el siglo XVII con materiales modestos (ladrillo, yeso y madera). Se ubica en una de las colinas de la población de Hellín (Albacete), en el casco antiguo, en lo que fuera la antigua judería, hoy barrio de San Rafael, a cuyos pies se encuentra el denominado Barranco del Judío.
Santuario de Nuestra Señora del Rosario
El santuario de Nuestra Señora del Rosario se encuentra situado en el cerro del Castillo y dentro del casco urbano de Hellín (Provincia de Albacete, España).En su interior se alberga a la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que es patrona de esta localidad. Su origen se sitúa en una antigua ermita mudéjar que se construye tras La Reconquista. El edificio actual es fruto de la reconstrucción efectuada en la primera mitad del siglo XVIII y finales del XIX. A la época barroca corresponden el camarín, la cripta y parte del templo; al eclecticismo decimonónico corresponden la fachada, el campanario y la organización del plano con su portada y verja.
Monolito en una rotonda a la entrada de Hellín.
Tolmo de Minateda
El tolmo de Minateda dominaba el paso de la zona costera del sureste al interior de la Meseta, accesible a través de la vía romana Complutum-Carthago Nova, Un ramal de este camino, con profundos surcos labrados por las ruedas de los carros, conducía al interior de la ciudad.
A la entrada del yacimiento las excavaciones han puesto al descubierto tres estructuras defensivas.
iglesia de la Asunción
El estilo arquitectónico es una de barroco y gótico. En la parte delantera del exterior, la fachada está compuesta por columnas, entre ellas esculturas de los evangelistas, además de capiteles, cornisas y frisos. En el centro aparece la Anunciación del arcángel Gabriel a María. La torre con base cuadrada y acaba en un cuerpo octogonal con arcos apuntados. En la parte trasera, la entrada viene acompañada del arco apuntado en la calle Salvador necesario para desplazar el peso del edificio.
Polideportivo "Santa Ana"
Pitón volcánico de Cancarix
El pitón volcánico de Cancarix es un monumento natural, que se encuentra en la Sierra de las Cabras, en la pedanía de Cancarix del municipio de Hellín. Se trata de un domo volcánico de más de siete millones de años (Mesiniense, Mioceno superior), descubierto por la erosión.
Las rocas que lo forman son lamproítas, rocas ultrapotásicas con un origen muy profundo, enraizado en el manto, muy escasas en el registro geológico; el magma del que proceden atravesó la corteza, sin asimilar otras rocas en su ascenso. La variedad local de estas lamproítas se denomina cancalita o cancarixita.
Escudo español: De sinople, castillo, oro, almenado y mazonado de sable, aclarado de gules, sostenido por dos leones, oro y saliendo de su Homenaje, un brazo armado, de plata, empuñando una espada y surmontado de una corona real, abierta, de oro, y rodeado de siete luceros, cuatro a la diestra siniestra y tres una siniestra, de plata. Al timbre, corona real cerrada.
A unos 8 km al sur de Hellín se localiza el Abrigo Grande Minateda, uno de los abrigos más importantes del arte levantino con pinturas rupestres que han sido declaradas recientemente Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO . Fue descubierto en 1914 por Juan Jiménez Llamas, un almeriense que trabajaba al servicio de Federico Motos y Henri Breuil. El segundo es uno de los investigadores más importantes sobre arte rupestre de Europa en la primera mitad del siglo XX. El Abrigo Grande de Minateda es, sin duda, uno de los yacimientos más importantes de esta representación artística, donde se puede contemplar un friso con más de seiscientas figuras que representan escenas de caza, familiares, etc.
Cerca de este lugar, el Tolmo de Minateda representa el asentamiento humano más importante de nuestro pasado. Iberos, romanos y visigodos dominaron sucesivamente este cerro, situado en lo que fue un importante cruce de caminos. Murallas de distinta época que defendían la entrada a la ciudadela, viviendas, aljibes, almazaras y la impresionante basílica visigoda nos hablan de una vida social, económica y militar de extraordinario relieve. Es quizá el más importante enclave arqueológico del sureste español y uno de los cinco parques arqueológicos de Castilla la Mancha.
Ya en época romana, se cree que el Tolmo fue denominado Ilunum en torno al 200 a.C., y desde éste se dirigió la operación romanizadora. La ciudad de Hellín se convertiría en una de las más importantes villas romanas que permaneció activa entre los siglos II y IV d.C., localizada al norte del actual casco urbano de la ciudad. Los mosaicos encontrados se pueden contemplar en el museo de Albacete, aunque el original se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología de Madrid.
Por otro lado, la historia visigoda en la región tiene un importante documento en La Camareta, eremitorio situado junto al pantano de Camarillas y declarado Bien de Interés Cultural. La época en que podemos situarla cronológicamente son los siglos IV al VII. Hellín en estos momentos se conocía como Ello, y debió de adquirir una importancia relevante por la creación del obispado de "Ello".
Tras la conquista del Islam, los árabes denominaron a la ciudad como" Iyyu(h)". Se comenzó la construcción del castillo almohade en torno a los siglos XI-XII y desde éste se dirigió la política y la administración del antiguo condado de Teodomiro. Alrededor de sus murallas nacería la actual ciudad de Hellín.
Tras la conquista castellana del siglo xiii, Hellín queda encuadrada, por virtud de Tratado de Alcaraz de 1243, en el Reino de Murcia,quedando posteriormente dentro de los dominios señoriales del infante Don Juan Manuel, que al mismo tiempo era Adelantado mayor de Murcia. La autoridad del Adelantado sobre la localidad se verá mermada con posterioridad (finales del siglo xiv), cuando el Señorío de Villena esté en manos diferentes al adelantamiento. Sin embargo, tras las guerras del Marquesado (1476-1480), Hellín volverá a la jurisdicción real.
Hasta la definitiva conquista del reino nazarí de Granada, a finales del siglo xv, la localidad vive bajo la constante amenaza de las algaradas musulmanas. Tras el fin del peligro fronterizo, Hellín vivirá una recuperación económica y poblacional importante al igual que el resto de localidades del Reino de Murcia.
En 1833, tras la división provincial, quedó integrado en la provincia de Albacete, a su vez incluida en la biprovincial Región de Murcia. Así se mantuvo hasta la restauración de la democracia en 1978, cuando la provincia albaceteña pasó al recién constituido ente preautonómico de Castilla-La Mancha. De esta forma dejaba Hellín de estar asociado administrativamente a Murcia, aún a pesar de la aprobación en su ayuntamiento de mociones adversas a este cambio, como la del 7 de diciembre de 1980.
En 1898, debido al desarrollo de su población, agricultura, industria y comercio experimentado a finales del siglo XIX y su constante adhesión a la monarquía constitucional, la reina regente María Cristina le concedió el título de ciudad.
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Los orígenes de la ciudad se remontan al Paleolítico Inferior. De su antigüedad prehistórica dan fe de los numerosos vestigios hallados en lugares como el Tolmo de Minateda, la Fuente de Isso o el Arroyo de Agra.A unos 8 km al sur de Hellín se localiza el Abrigo Grande Minateda, uno de los abrigos más importantes del arte levantino con pinturas rupestres que han sido declaradas recientemente Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO . Fue descubierto en 1914 por Juan Jiménez Llamas, un almeriense que trabajaba al servicio de Federico Motos y Henri Breuil. El segundo es uno de los investigadores más importantes sobre arte rupestre de Europa en la primera mitad del siglo XX. El Abrigo Grande de Minateda es, sin duda, uno de los yacimientos más importantes de esta representación artística, donde se puede contemplar un friso con más de seiscientas figuras que representan escenas de caza, familiares, etc.
Cerca de este lugar, el Tolmo de Minateda representa el asentamiento humano más importante de nuestro pasado. Iberos, romanos y visigodos dominaron sucesivamente este cerro, situado en lo que fue un importante cruce de caminos. Murallas de distinta época que defendían la entrada a la ciudadela, viviendas, aljibes, almazaras y la impresionante basílica visigoda nos hablan de una vida social, económica y militar de extraordinario relieve. Es quizá el más importante enclave arqueológico del sureste español y uno de los cinco parques arqueológicos de Castilla la Mancha.
Ya en época romana, se cree que el Tolmo fue denominado Ilunum en torno al 200 a.C., y desde éste se dirigió la operación romanizadora. La ciudad de Hellín se convertiría en una de las más importantes villas romanas que permaneció activa entre los siglos II y IV d.C., localizada al norte del actual casco urbano de la ciudad. Los mosaicos encontrados se pueden contemplar en el museo de Albacete, aunque el original se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología de Madrid.
Por otro lado, la historia visigoda en la región tiene un importante documento en La Camareta, eremitorio situado junto al pantano de Camarillas y declarado Bien de Interés Cultural. La época en que podemos situarla cronológicamente son los siglos IV al VII. Hellín en estos momentos se conocía como Ello, y debió de adquirir una importancia relevante por la creación del obispado de "Ello".
Tras la conquista del Islam, los árabes denominaron a la ciudad como" Iyyu(h)". Se comenzó la construcción del castillo almohade en torno a los siglos XI-XII y desde éste se dirigió la política y la administración del antiguo condado de Teodomiro. Alrededor de sus murallas nacería la actual ciudad de Hellín.
Tras la conquista castellana del siglo xiii, Hellín queda encuadrada, por virtud de Tratado de Alcaraz de 1243, en el Reino de Murcia,quedando posteriormente dentro de los dominios señoriales del infante Don Juan Manuel, que al mismo tiempo era Adelantado mayor de Murcia. La autoridad del Adelantado sobre la localidad se verá mermada con posterioridad (finales del siglo xiv), cuando el Señorío de Villena esté en manos diferentes al adelantamiento. Sin embargo, tras las guerras del Marquesado (1476-1480), Hellín volverá a la jurisdicción real.
Hasta la definitiva conquista del reino nazarí de Granada, a finales del siglo xv, la localidad vive bajo la constante amenaza de las algaradas musulmanas. Tras el fin del peligro fronterizo, Hellín vivirá una recuperación económica y poblacional importante al igual que el resto de localidades del Reino de Murcia.
En 1833, tras la división provincial, quedó integrado en la provincia de Albacete, a su vez incluida en la biprovincial Región de Murcia. Así se mantuvo hasta la restauración de la democracia en 1978, cuando la provincia albaceteña pasó al recién constituido ente preautonómico de Castilla-La Mancha. De esta forma dejaba Hellín de estar asociado administrativamente a Murcia, aún a pesar de la aprobación en su ayuntamiento de mociones adversas a este cambio, como la del 7 de diciembre de 1980.
En 1898, debido al desarrollo de su población, agricultura, industria y comercio experimentado a finales del siglo XIX y su constante adhesión a la monarquía constitucional, la reina regente María Cristina le concedió el título de ciudad.
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