ALCALÁ DE JUCAR (Albacete) Castilla La Mancha

 Vistas de Alcalá del Júcar desde Las Heras
Según las relaciones topográficas de Felipe II, el nombre de la localidad viene del lugar sobre el cual está asentado y que era llamado por los árabes alcarra, que significaba cosa de Dios o de oración. Otros estudiosos han relacionado el nombre con la palabra alcalá, que en árabe significa castillo, por lo que el significado del nombre de la localidad sería castillo del río Júcar.

Acceso a Alcalá del Júcar
Tal y como su nombre indica, se emplaza a orillas del río Júcar, en su tramo final en la comunidad castellano-manchega, antes de entrar a tierras valencianas, donde desemboca. En ese paso, el río traza una garganta que dibuja un sinuoso paso que constituye uno de los principales atractivos de Alcalá de Júcar, y que condiciona la disposición de las casas, que trepan por las laderas aprovechando el meandro.


 Estrechas calles que trepan hacia el Castillo, pequeñas viviendas, escaleras escarpadas, huertecillas y las típicas cuevas, hacen de Alcalá del Júcar un conjunto arquitectónico y natural único.



Es una fortaleza de origen almohade, de los siglos XII y XIII que fue, al igual que todos los castillos y tierras de la zona, asentamiento íbero, romano, árabe y cristiano.
Cuando Alfonso VIII conquista la zona del río Júcar hacia el año 1213, el castillo pasa a manos cristianas. Posteriormente, perteneció al marquesado de Villena.
De estilo islámico. Está constituido por un torreón pentagonal y dos torrecillas de planta circular en los ángulos rectos, con tres alturas en su interior. En el exterior aun quedan restos de la primitiva muralla.


 Existe la leyenda de una princesa cristiana, Zulema, que era pretendida por el moro Garadén, y que fiel a su fe se suicidó arrojándose al vacío. Otra versión de la leyenda habla de los amores prohibidos de Zulema, esta vez musulmana, con un caballero cristiano. Ambos, para huir de la ira de su padre el moro Garadén, huyen y se establecen en el actual emplazamiento de la cercana aldea llamada Zulema.


Río Júcar a su paso por Alcalá del Júcar




Cueva del diablo
 Las cuevas son propiedad de Juan José Martínez, conocido como El Diablo. Éstas cuevas están excavadas en el mismo corazón del peñón donde se asienta el pueblo, atravesando con un largo túnel de lado a lado de ésta. Su construcción fue iniciada en 1905 para ser usadas como corrales, palomares y alacenas.
Paraje natural del Tranco del Lobo
 Pertenece al pueblo de Casas de Ves, y está ubicado entre su término y los de Villa de Ves y Alcalá del Júcar









Ermita de San Lorenzo

Se encuentra ubicada sobre un pequeño montículo a un margen del río aprovechando uno de sus recodos.





Perteneció al Reino de Murcia, dentro de la Corona de Castilla hasta la nueva configuración territorial de España del ministro Javier de Burgos en 1833, cuando se crea la provincia de Albacete. Asimismo su pertenencia a la demarcación episcopal correspondería a la diócesis de Cartagena hasta la creación de la de Albacete en 1949.



Escudo de Alcalá de Júcar
En campo de azur, puente de tres ojos, de oro, sobre ondas de plata y azur, y surmontado de las aspas de San Andrés, recortadas, de oro. Al timbre, corona real cerrada.


La población está dividida en seis núcleos (cifras de población INE año 2015):


- Alcalá, con 652 habitantes.
- Las Eras, con 305 habitantes.
- Casas del Cerro, con 162 habitantes.
- La Gila, con 68 habitantes.
- Zulema, con 40 habitantes.
- Tolosa, con 23 habitantes.


En el año 1211, una expedición relámpago del rey Alfonso VIII consigue arrebatar a los musulmanes, para la Corona de Castilla, las plazas fuertes de Garadén, Jorquera y Alcalá, quedando su dominación efectiva garantizada dos años después, cuando la victoria sobre los almohades en las Navas de Tolosa (1212) y Alcaraz (1213) rompen toda la defensa árabe y dejan libre a la repoblación todas las tierras de La Mancha y la actual provincia de Albacete. Tras su conquista definitiva se asentaron colonos procedentes de Alarcón.

Inicialmente, Alcalá fue una aldea de Jorquera, hasta que el 18 de abril de 1364, el rey de Castilla Pedro I el Cruel, firmó un documento en el Grao de Valencia, concediendo a Alcalá del Júcar el villazgo y la segregación con respecto a Jorquera, con asignación del Fuero de las Leyes, ordenamiento concejil y otros derechos.

Como todas las poblaciones cercanas perteneció al marquesado de Villena y padeció las vicisitudes de este peculiar señorío, que tanta importancia tuvo en la Edad Media y en la gestación de la moderna monarquía castellana, hasta su disolución a raíz de la Guerra de Sucesión Castellana en 1475.

Perteneció al Reino de Murcia, dentro de la Corona de Castilla hasta la nueva configuración territorial de España del ministro Javier de Burgos en 1833, cuando se crea la provincia de Albacete. Asimismo su pertenencia a la demarcación episcopal correspondería a la diócesis de Cartagena hasta la creación de la de Albacete en 1949.

La villa de Alcalá del Júcar fue declarada Conjunto Histórico-Artístico por Real Decreto 2335/1982 de 30 de julio (B.O.E. 226 de 1 de septiembre). Número de identificación de Bien de Interés Cultural otorgado por el Ministerio de Cultura de España

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